Tras su apoteósico éxito que obligó a colgar el cartel de «entradas agotadas», vuelve a Madrid ‘Celestina – La tragicomedia’ la genial obra clásica de Fernando de Rojas, de la mano de la compañía Atalaya, que acogerá el Teatro Infanta Isabel de Madrid del 7 al 30 de julio.

Estrenada anteriormente en el Festival de Teatro Clásico de Almadro, desde entonces ha recorrido gran parte de Europa y Latinoamércica, consiguiendo durante esta gira el Premio al Mejor espectáculo del Festival Internacional ‘Noches de Moscú’. Un éxito de crítica y público que no pasad desapercibido, sobre todo para su actriz protagonista Carmen Gallardo, con la que nos han escatimado en elogios.

El reestreno coincide además con el décimo aniversario desde que Atalaya recibiera el Premio Nacional de Teatro. Por lo que podríamos decir que la compañía vive uno de sus momentos más álgidos, habiendo presentado en el último bienio cuatro espectáculos diferentes en las programaciones del Teatro Clásico Nacional, el Teatro Español, el Centro Dramático Nacional y el Teatre Lliure, estos dos últimos en sendas coproducciones con los anfitriones.

La sinopsis sigue siendo conocida por (casi) todos, como decíamos al texto original… Calisto, joven de clase alta, se enamora de Melibea, joven hermosa de su mismo estatus; aparentemente ella lo rechaza. Calisto cuenta sus penas a su criado Sempronio, quien le propone que utilice a la vieja Celestina como intermediaria. Celestina logra entrar en la mansión de Melibea y tras vencer su rechazo consigue que ésta corresponda a Calisto. Los criados de Calisto, acuerdan con Celestina, explotar, para su beneficio, la pasión de su señor, quien regala una cadena de oro a la vieja. Los criados le reclaman su parte, pero ésta se niega; finalmente la matan e intentan escapar, pero son apresados y ajusticiados. Las dos meretrices, amantes de los criados traman venganza hacia Calisto y Melibea. Cuando Calisto accede al jardín de Melibea y yace con ella escucha un tumulto provocado fuera. Pensando que uno de sus jóvenes criados está en aprietos, sube al muro.

El fatídico destino hará que resbale, caiga y muera. Melibea, al conocer tan trágica noticia, sube a su torre y se arroja desde allí ante los ojos de su padre que pronunciará un emotivo planto final.

Algo que caracteriza el espectáculo es la interpretación de los actores que actúan en clave coral, sin personaje, bien configurando con la escenografía los diversos espacios o bien creando con cánticos los ambientes escénicos, así como el montaje que lleva acabo la compañía, que se apoya en un ritmo frenético de la acción y una riqueza musical fuera de lo común, que propicia el propio texto, proyectando personajes grotescos, pero al mismo tiempo muy humanizados.

¡Un montaje indispensable que no te puedes perder este verano!