‘La desaparición de Eva’ es un thriller distópico que nos habla de la memoria como parte de lo que nos conforma

En un presente inmediato, “una horda de oscuridad y arrebatamiento” ha caído sobre Europa, dieciocho años después de su desaparición, Eva se reencuentra con Sofía. Los personajes realizan un extraño viaje a través de la ficción y el recuerdo en busca de la identidad de Eva. Pero, ¿quién es Eva?, ¿quién es ella realmente?. ¿Y qué se esconde detrás de su búsqueda?.

“¿Quién es ella?” Esta es la pregunta que abre la primera puerta. Porque eso es La desaparición de Eva, puertas que se abren y no se cierran. Una puerta que nos lleva a otra puerta y a otra, a otra sin fin. De este modo lo que parece la búsqueda de la identidad de Eva se convierte en la búsqueda de la identidad de cada uno de los personajes y de cada una de las actrices.

A partir de una desaparición elegida se llega a una desaparición forzada, y de las desapariciones forzadas a todos los desaparecidos, de los desaparecidos a los olvidados, y a todos aquellos que la sociedad expulsa, de los olvidados al olvido, a la memoria que se pierde, y de la memoria -como parte que nos conforma-.