‘¡Ay, Carmela!’ es una de las obras de teatro más representada en las últimas décadas, no sólo como obra teatral, sino también como joya cinematográfica e, incluso, como musical. Uno de los autores dramáticos más importantes de nuestro país de las últimas décadas es José Sanchis Sinisterra. De su acerada pluma han salido creaciones teatrales que han logrado mantenerse en cartel durante años con la misma frescura del primer día.

A pesar de que son muchas las obras que este autor ha logrado hacer llegar al público, hay una que sobresale entre todas ellas con especial brillantez: ‘¡Ay, Carmela!’, que ahora recala en la cartelera del Teatro Lara.

En este montaje teatral nos encontramos con Carmela (Gabriela Iribarren) y Paulino (Gustavo Saffores) que van viajando por los pueblos de la España más profunda, llevando su espectáculo de variedades. De repente, les sorprende la Guerra Civil en Belchite, y el ejercito nacional le pide que realice un espectáculo como homenaje a la futura victoria de los golpistas. Es en ese momento se pone en jaque la necesidad de tener que defender los valores de la libertad, o claudicar frente a las nuevas directrices que se imponen en esta nueva España. Entre el público se encuentran una serie de prisioneros de guerra que serán ejecutados al amanecer, este espectáculo será como la guinda perfecta para un dramático final. Pero ¿cuál es el papel del actor siendo consciente de este injusticia?.

De la mano de esta pieza teatral, que sobrevive a las décadas, entramos en el mundo de los cómicos en un tiempo lleno de escollos, cortapisas y, sobre todo, censuras desmesuradas. Sin llegar a tomar partido, por una de esas dos franjas en las que se dividió España a partir del 36, Sanchis Sinisterra nos adentra en un mundo oscuro en el que la necesidad de sobrevivir, frente a los ideales, es la prioridad de todo ser humano.