Nuevo director y nueva temporada, El Teatro de La Abadía se renueva sin perder continuidad

Carlos Aladro llegó al Teatro de La Abadía el pasado febrero y ayer, 25 de junio, presentó el proyecto artístico de la nueva temporada de un teatro que en 2020 celebra su 25 cumpleaños. Una nueva etapa que busca acercar el teatro a todos los bolsillos, hacerlo asequible a los más jóvenes y llegar a las 195 funciones.

En la presentación, el que fuera el director de dos ediciones del Festival de Otoño, recordó los logros de la temporada anterior que se cerró con un total aproximado de 92.000 espectadores entre los que pasaron por La Abadía y El Corral de Comedias y los que vieron alguno de los espectáculos en gira.

Nos contó Aladro que el eje temático de la temporada son “los vínculos”, las ventanas a otros mundos y otros tiempos, la conexión entre generaciones y entre países, entre disciplinas y entre géneros. Unos vínculos que promueven y alimentan la transformación de un teatro con 25 años de historia que no pierde, su herencia, pero que se adapta a la realidad de su entorno.

Nos gusta saber que el teatro está en la calle, en el sentido de que se ocupa de lo que sucede fuera de sus fronteras físicas y en el espacio que dura una función (también el antes y el después) podemos reflexionar de una forma mucho más sosegada sobre las problemáticas de la sociedad en la que vivimos. El teatro ya no se limita a ofrecernos un espectáculo con unos actores más o menos conocidos por el que pagamos una entrada y del que salimos cuando la función termina. Quiere contribuir a la transformación de la sociedad a través de la transformación de sus individuos. En ese sentido, las artes escénicas, dejaron de ser hace mucho tiempo un mero entretenimiento para convertirse en un espacio abierto donde entender, analizar y modificar la realidad.

El nuevo proyecto Abadía busca un modelo de gestión colectiva que genere recursos financieros, conocimientos y valores críticos. Sueña con un modelo de gestión de compañías y creadores asociados que pueda garantizar la estabilidad y libertad necesarias para asumir riesgos y fracasos a una comunidad artística cada vez más activa. Se seguirán cultivando los lazos con Europa a través de colaboraciones con el British Council y la Embajada de Portugal, ampliando la mirada también a Latinoamérica para visibilizar La Abadía más allá de sus fronteras.

15 son los espectáculos propuestos hasta enero de 2020, comenzando por un díptico sobre la ausencia y el dolor con dos experiencias dirigidas por Carlos Truñón que presentó el actor Nacho Aldeguer: ‘Un roble’ de Tim Crouch, montaje que rompe las convenciones de la escena y que está protagonizado por Luis Sorolla. Y ‘Sea Wall’, de Simón Stephens, una función para veinte espectadores que tendrá lugar en el jardín del teatro al atardecer.

Ester Bellver nos habló de ‘Pasión (Farsa Trágica)’ de Agustín García Calvo. Un montaje fruto de una investigación de los Laboratorios Rivas Cherif del Centro Dramático Nacional y el actor Javier Lara presentó ‘Mercaderes de Babel’ de la Compañía de Babel. Una dramaturgia de José Padilla a partir de ‘El mercader de Venecia’ de Shakespeare. Por su parte, Ana Zamora nos introdujo en ‘Nise, la tragedia de Inés de Castro’, la octava tragedia renacentista que la compañía Nao d’amores presenta en La Abadía. También tuvimos ocasión de escuchar a Iván Morales que nos presentó ‘Desayuna conmigo’ como una segunda parte de ‘Sé de un lugar’, su obra más emblemática.

El acto de presentación terminó con la aplaudida intervención de José Luis Gómez, fundador de La Abadía y su director desde 1995.

Un broche final que da por terminada la presentación de una temporada que no baja la guardia en cuanto a la calidad que siempre ha ofrecido a sus espectadores y que añade relatos diferentes, necesarios, sin duda, en la época actual.