Cuando la insinuación es más sexy que lo explícito

El espectáculo no tiene límites, siempre nos sorprende y nos atrapa con novedosas propuestas, que aunque parezcan recientes, en algunos casos ya tienen un historial en otros escenarios; como es el caso de ‘Ohlala’, una mágica, sorprendente y sensual producción que llegó al Teatro de La Luz de Philips Gran Vía de Madrid para hacer alucinar a los presentes con perfectos cuerpos llenos de virtudes, donde la belleza, el talento y la creatividad se dieron la mano para producir efusivos aplausos en los espectadores.

Todos al Teatro no podía faltar a este estreno, donde la tentación está servida. Con un llamativo show que fusiona circo, cabaret y sensualidad de la manera armónica y delicada, y con un toque de elegancia, logran dejar siempre algo a la imaginación. Una propuesta creada, producida y dirigida por Gregory y Rolf Knie, quienes son unos genios del circo, pertenecientes a una de las dinastías de más prestigio e historia en este arte. Sus creaciones inéditas han logrado catapultar sus nombres en escenarios suizos, parisinos, alemanes e Italianos, son un referente en Europa.

Un show que cuenta con una excitante banda en vivo, que también seduce a los espectadores con cada una de sus notas, junto a las cantantes Aurore Delplace y Anandha Seethanen, quienes amenizan algunos de los actos con sus impresionantes voces que hipnotizan cada segundo; junto a esculpidos cuerpos de acróbatas, contorsionistas, comediantes y bailarines que secuestran las miradas de los asistentes con movimientos sensuales que embelesan.

El espectáculo cuenta con Emy Sotomayor como maestra de ceremonia, quien invita a todos a desconectarse de la realidad y estar preparados para el gran evento. Una noche donde todo puede pasar, y donde “nada se podrá olvidar”. Es así como los sentidos se despertarán, con innumerables sonidos, imágenes y siluetas griegas, donde lo atrevido está por comenzar.

Y es que desde que entras al majestuoso Teatro de La Luz de Philips la aventura comienza, te preparas para un viaje trepidante y sorprendente . La música en vivo y los llamativos vestuarios harán lo suyo, comenzarán a danzar por el escenario y a conmocionar las miradas con más de 14 artistas de nacionalidades distintas, ofreciendo un abanico irrepetible de cuerpos definidos e impregnados de mucho trabajo.

Hay que aplaudir el asombroso juego de luces, colores que se vuelven protagonistas de cada uno de los números que dejan atónitos a los asistentes, y es que de algo pueden estar seguros, es que serán testigos de un impresionante show, lleno de calidad, que superara todas las expectativas.

¿Qué podremos ver en Ohlala?

Para sumergirnos en el mundo ‘Ohlala’, debemos entrar en la dualidad que encierra la historia de «El lago de los cisnes». La pureza e inocencia del cisne blanco se va transformado a medida que la vida le corrompe y le lleva hacia el lado oscuro. Todos nacemos puros, pero la vida misma nos convierte en cisnes negros. Veremos cómo la atmósfera de ‘Ohlala’ propicia la metamorfosis del cisne.

Cada número es una historia, un cuadro, una demostración de destreza, sensualidad y técnica. Comienzan con dos bailarinas que se retuercen y encajan con impresionante habilidad, ellas son: Sara y Jenny Haglund. También se apreciará un cuadro de vuelo aéreo de la más alta perfección y seducción, interpretado por Jean Passos. Y el más elegante striptease llega a Madrid para reinventar el conocido tema “Cantando bajo la lluvia”, y créanme que lo logra, deja a todos asombrados con su técnica, él es Hamish McCann.

La comedia y su versión clown, con Pedro Izquierdo y David Moya. Una coreografía frenética en la oscuridad hará alucinar los sentidos con líquidos fluorescentes. Boquiabiertos quedamos al ver todo lo que se puede hacer en un trampolín con Patrick Schuhmann y Pablo Valarcher. Y una sensual rubia, Yulia Rasshivkina, llegará al proscenio para mostrar todo lo que es capaz de realizar con un hulahoop, o mejor dicho, con 50 a la vez.

Pero las carcajadas tampoco se detendrán cuando aparezca Judith Perozo, mejor conocida como “Judita Látigos”, quien dejará extasiados a los asistentes con su versatilidad con los látigos, y también con su histrionismo actoral. Y la tensión se apoderará del momento cuando dos caballeros ingleses, mano a mano, demuestren su equilibrio y acrobacia dejando a más de uno sin aliento con su riesgo.

Pero si creías que lo habías visto todo, estupefacto quedas cuando llegan al centro del escenario Matt y Valentina, dos patinadores que dejarán a todo sin respiro al girar en un pequeño círculo, donde retan el vértigo sin reparo y desatan la adrenalina.

Las coreografías son de Nicolas Huchard, el diseño de luces de Jaques Rouveyrollis, dirección musical de Christophe Jambois, bajo la producción de Bruno Da Cruz & Antonie Secondi. Un equipo de profesionales inquietantes, que logran la ovación de los presentes con emoción, al mostrar números imposibles y coreografías sensuales en cuerpos delineados que se pasean – por más de dos horas – por todo el escenario.