‘Mongolia, el musical 2.0’, un musical muy alejado del género musical
23/01/2017
María Sainz-Trápaga Carbajo
Tras el éxito de la primera parte, la revista Mongolia nos trae su peculiar visión de “musical”, y digo peculiar por la ausencia total y absoluta de canciones y bailes.
Eduardo Galán y Darío Adanti nos invitan a abandonar la Tierra y sumergirnos en el planeta Mongol, durante los noventa minutos que dura la obra. Y, como buenos anfitriones que son, animan a sus invitados, en este caso todos los espectadores a beber el alcohol que queramos durante la representación de la obra, lo cual es un plus más que notorio.
Los más sensibles y fáciles de ofender, deben abstenerse de entrar en el planeta Mongol, pues la sátira y la crítica social se dan cita con un humor ácido que no deja títere con cabeza. Desde líderes políticos hasta figuras religiosas, todos ellos son objeto de burla en los sketches de actualidad que se van alternando con monólogos y montajes de vídeo, que sirven de apoyo a los chistes, en ocasiones algo facilones.
Respecto a la pareja de cómicos protagonista, cabe destacar que la química y la complicidad en el escenario es innegable, sin embargo de vez en cuando, las prisas y la verborrea les juegan alguna que otra mala pasada.
En definitiva, una obra diferente a la que hay que entrar concienciado de que no hay ningún tipo de filtro, y que el único objetivo es pasarlo bien y reírse de todo. Si no es el caso, mejor ahorrarse el viaje al universo Mongol.
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