‘Marco Aurelio’, el gobierno estoico
07/04/2017
Susana R. Sousa
Agustín García Sanz, publica su obra de teatro ‘Marco Aurelio’ en el año 2014 con la idea de mostrar al público el gran personaje que fue este emperador filósofo. En la obra, el autor aborda los últimos días en la vida de Marco Aurelio, enfermo y atormentado por la idea de dejar a su pueblo asediado por la peste y las guerras. Una pura tragedia romana en la que descubrimos a un emperador estoico alejado de toda gesta bélica.
En 2016, ‘Marco Aurelio’ clausuró con honores el Festival de Mérida. Vicente Cuesta, tras su paso por el festival, pidió un deseo: que ‘Marco Aurelio’ no muriese allí y que continuase representándose por toda España. El deseo se ha cumplido, no solo para el actor, sino también para el público, y hasta el 9 de abril podemos disfrutar de esta versión de ‘Marco Aurelio’ en el Teatro Bellas Artes.
En escena, cuatro bailarines nos dan la bienvenida al Palatino romano, del que surge un emperador que se pregunta ¿qué es el poder? Vicente Cuesta bajo la piel de Marco Aurelio, transita la escena con serenidad, acentuando su aplomo con cada frase. El ritmo va in crescendo, a pesar de que la fuerza física de su personaje le va abandonando. José Vicente Moirón, en su papel de Cómodo, es el perfecto contrapunto de su padre. Sanguinario, vengativo, impetuoso.
Crisis económica y religiosa (estamos ante la aparición de una nueva secta: el cristianismo), guerra contra los partios, pandemia de gripe y sarampión y un gobernante sin la ambición de sus antecesores que se debate entre la magia y la razón, los fantasmas de su cabeza y sus enemigos reales, la vida y la muerte. La puesta en escena es clásica y sobria, consagrando importancia a la iluminación y la música. Cuatro columnas y un coro de danza que intensifica la dramaturgia, pero que no nos despista del texto, en el que brillan las declamaciones. Potentes interpretaciones necesarias para el momento vital en el que nos sitúa esta tragedia.
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