‘Made for you’ la última maravilla de Elephant in the black box
17/11/2018
Susana R. Sousa
‘Made for you’ está dividido en dos partes por un intermedio de diez minutos. Este intermedio le sirve a Elephant in the black box para cambiar la escenografía y al público para re-sentir la pieza que acaba de ver.
‘Siuk’ es la primera pieza y en ella cinco personajes revelan momentos de su historia de amor. La pasión y la violencia de un juego para el que nunca estamos preparados. Bailarines jovencísimos nos hacen caer en la tentación de pellizcarnos para comprobar si lo que estamos viendo es real o es un sueño. El bailarín japonés Jye Fitzgerald abre la pieza y nos invita a adentrarnos en el universo de estos cinco personajes. El resto del elenco está formado por bailarinas que comienzan arropando el escenario para, después, transformarse en todas las fases de la guerra del amor.
‘Cel black days’, la segunda pieza, mezcla la performance con la danza y nos habla del sufrimiento que a veces nos invade. De esos días en los que se hace difícil ver la luz. La belleza y el desasosiego nos llevan de la mano durante el tiempo que dura esta travesía por la mente a través de los cuerpos.
En la danza contemporánea, el bailarín no está a disposición de la pieza musical que interpreta. Aunque hay técnica, sus movimientos no están construidos en base a unas reglas, como sí ocurre en la danza clásica. Si se pone a disposición de algo es de sí mismo, de sus emociones, de su rabia, de su fuerza, de su mente y de su corazón. Bailar es interpretar, es lanzar al mundo los pensamientos más profundos, los sueños y deseos, también los miedos. Para ello, el bailarín contemporáneo se vale de todo su cuerpo. La técnica se pone al servicio de un alma salvaje y contradictoria que, una vez libre, vuela y se arrastra por un espacio indefinido. Como escribió Gata Cattana: “No reconozco autoridad más allá de mi cuerpo”.
Por todo esto, ver una pieza de danza contemporánea no es una experiencia baladí. Al no haber reglas predeterminadas, una no sabe nunca lo que va a ver y la sorpresa se apodera del corazón hasta el final. Tiene mucho que ver con la redención, también con la propia. Es una exploración de una extensión interna que aúna el alma del coreógrafo, del bailarín, del músico y del espectador.
Comentarios de los usuarios