‘Las cosas extraordinarias’, una obra que te mira directamente a los ojos
12/04/2019
Susana R. Sousa
Las cosas mejoran, no siempre se vuelven extraordinarias, pero mejoran
‘Las cosas extraordinarias’ es una obra extraordinaria y muy personal que aborda temas fundamentales. Cuando Brays Efe la leyó, pensaba que le hablaba directamente a él y le gustó porque dignificaba la tristeza, dándole su lugar.
No soy muy amiga de las obras de teatro en las que te invitan a participar, porque suele tratarse de situaciones incómodas que no has buscado. Sin embargo, en el espacio íntimo que ofrece la Sala Lola Membrives del Teatro Lara, sumergida por completo en la historia de Duncan Macmillan, resulta placentero interaccionar con Brays. Porque, desde el principio, el texto y la interpretación son tan cálidos, sin dejar de sobrecoger, que te fundes en él sin apenas darte cuenta. No hay muchas obras en las que puedas sentir que eres parte de la historia que se desarrolla en escena, porque aunque el público siempre lo es, no todos los montajes te miran tan directamente a los ojos. En ‘Las cosas extraordinarias’, la historia te da la mano y te acompaña durante sesenta minutos como si de una buena amiga se tratara.
He leído otras críticas y opiniones de la obra, de otras funciones, de las representadas por Pau Roca, el director, en Barcelona y la sensación que transmiten es muy similar a la que yo sentí en la butaca del Teatro Lara. La sensación de comunión con el público y las ganas, al terminar la función, de celebrar la vida. Su puesta en escena es muy particular y se adapta a la estructura que el propio texto requiere. Parece fácil: solo el actor, su lista y el público., sin embargo, no lo es. La honestidad del texto y la manera que tiene el Brays de exponerla es lo que hace que parezca sencillo, pero la complejidad de la dramaturgia esta latente.
Todo empieza con una lista de cosas extraordinarias que va aumentando según avanza la vida del protagonista y la obra. Cosas extraordinarias por las que merece la pena vivir y un consejo para quien haya pensado en quitarse la vida alguna vez. La lista se va desgranando a medida que discurre la función gracias a la participación de un entregado público. El protagonista nos habla de su niñez, de su adolescencia y de su madurez siendo hijo de una madre con depresión crónica y tendencias suicidas.
Brays Efe, que se hizo popular por la serie ‘Paquita Salas’, es un actor formado en el teatro OFF (La Casa de La Portera, La Pensión de las Pulgas, Garaje Lumiere) y pertenece a una generación de creadores y actores que han tenido que adaptarse a los cambios de formato. Con este monólogo, en el que el actor se siente muy cómodo, demuestra que lo importante es contar una historia, no el lugar donde se cuente. Brays se nos revela como la mejor versión del niño adulto de la historia, manejando el complejísima engranaje de la obra con gran soltura. La interacción con el público es primordial y la complicidad debe ser total para que la función salga adelante sin enfangarse en el melodrama. Brays Efe recoge el testigo de MacMillan y abraza un texto que, aunque se detiene en las pequeñas cosas, habla de temas fundamentales. Y lo hace de forma templada, íntima y sincera. Magnífica.
Es posible que esta obra no sea el remedio definitivo para ninguna crisis personal, seguramente tampoco lo pretendía Macmillan cuando la escribió, pero lo que es seguro es que la función conseguirá que te lleves parte de su frescura.
Sabemos que la obra se estrenó en el Fringe Festival de Ludlow en 2013 y que Pau Roca quedó prendado de ella al verla en el Festival de Edimburgo en 2014. Antes de llegar a España, la obra tuvo una gran acogida en el Reino Unido, Edimburgo, Nueva York y Australia. Tras su estancia en el Club Capitol de Barcelona (‘Les cosas excepcionals’) llega a Madrid de la mano de Sixto Paz y El Terrat. Brays Efe la ha hecho suya como ya lo hiciera Pau Roca, y quien tenga la oportunidad de verla también la convertirá en una de esas cosas extraordinarias que pasan por su vida.
La lista continúa.
Tony
¡Una maravilla! Por favor, vayan a verla en masa.
No conocía los orígenes de la obra, ni sabía que el texto era de un autor británico. Me ha gustado conocer un poco más. Hacía mucho tiempo que no me emocionaba tanto en el teatro.
¡Vayan!
Eva
Yo tenía ideas preconcebidas sobre el protagonista, Brays Efe, por sus otros personajes, pero esto no tiene nada que ver con lo que ha hecho anteriormente. Es una obra preciosa que roza el drama, pero que al mismo tiempo ofrece un camino de esperanza y brilla. El público somos también protagonistas, como dice la crítica, y te sientes abrazado por todos desde el principio. Es como una gran reunión de amigos. Estoy pensando ir a verla otra vez, seguramente será muy diferente.
Ana María
Cómo una lista puede dar para tanto, tan bueno y hacer que nos demos cuenta de una forma divertida de las cosas importantes en la vida. De esos pequeños detalles cotidianos que la hacen grande.
Emotiva a la par de divertida, muy amena gracias esos números, salí del teatro recordando mi vida de su mano
Os la recomiendo.
Elvira
En mi opinión, merece mucho la pena. Me parece muy positivo que se hagan obras así para empezar a hablar de realidades tabúes y que estigmatizan. El me ha parecido excepcional como conecta con el publico es una pasada y conseguir que el publico se ría hablando de un tema así también lo es. Puede parecer que le falta profundidad al texto pero entiendo que hacer algo ameno sobre el suicidio tiene sus complicaciones.
Vis
Conforma una red emocional de complicidad con el público, así la han valorado con acierto.
La obra tiene un tema muy duro que está tratado con mucho respeto y discurre entre las risas y el llanto
Te atrapa desde el primer momento y la espontaneidad de Brays hace que todo el público interactué y con la energía que le pone logra un espectacular despliegue de talento,
Si están por Madrid no se pierdan este teatro intimista que hace reflexionar, reír, emocionarte y divertirte.
Un 12 para esta obra
Claudia
Mala no, lo siguiente. Con la excusa de «involucrar a la gente» la de pasta que se ahorra en contrataciones es evidente, reduciendo a 1 el número de actores implicados. La historia, deprimente, se hace larga incluso, y el rollo de los números que no acaba nunca es para pegarse un tiro.
Muy de andar por casa, y muy rentable para el amigo Brays Efe