‘La Ternura’, la comedia romántica que Shakespeare hubiera querido escribir
18/05/2017
María Sainz-Trápaga Carbajo
Alfredo Sanzol vuelve a sorprendernos gratamente, en esta ocasión con ‘La Ternura’, que hace poco se estrenaba en el Teatro de La Abadía y que según algunos, ya es la obra del año.
Sanzol nos invita a acompañarle a un mundo imaginario inspirado en las comedias shakesperianas donde fantasía, reinas magas y soñadores se abren ante nosotros para atraparnos de lleno durante los 120 minutos que dura la función.
A partir de claras influencias de obras como ‘El sueño de una noche de verano’, ‘La Tempestad’ o ‘Noche de Reyes’, el dramaturgo y director consigue crear una original, emotiva y sobre todo magistral comedia romántica, donde como es habitual en este género, los enredos y malentendidos son el punto fuerte de la trama.
Pero empecemos por el principio, todo comienza cuando la Reina maga Esmeralda viaja junto a sus dos hijas, la princesa Salmón y la princesa Rubí, en la Armada Invencible, destinadas a casarse en matrimonios de conveniencia por orden de Felipe II. Algo que la Reina no está dispuesta a permitir, dado su odio a los hombres, por lo que decide hundir el navío, creando una tempestad.Las tres huyen a una isla desierta que parece ser perfecta para llevar una vida tranquila y plena, salvo por un pequeñísimo detalle… En ella viven, desde hace veinte años un leñador y sus dos hijos, que fueron a parar allí con la intención también de no volver a ver a una mujer en su vida. Las peripecias empiezan cuando a la reina se le ocurre el primero de sus famosos planes, disfrazarse de hombres…
Lo primero que me gustaría destacar es el trabajo actoral, que me parece es impecable por parte de todos y cada uno de los intérpretes. Elena González nos obsequia con una magnífica Reina, carismática, fuerte y con algunos de los momentos más desternillantes de la obra. Tampoco se quedan atrás sus hijas en la ficción; Eva Trancón y Natalia Hernández. Y respecto a los chicos, me gustaría hacer una mención especial a Juan Antonio Lumbreras, en el papel de Leñador Marrón, sus gestos, miradas y pausas consiguen que no puedas parar reírte desde el primer momento que sale a escena. Esto, junto con el emotivo y enorme trabajo que llevan a cabo tanto Paco Déniz como Javier Lara, hacen que me decante (por poco, eso sí) por el trío masculino.
Sanzol nos hace viajar por este mundo mágico acompañados de una montaña rusa de sentimientos gracias a una trama de enredos de corte clásico, perfectamente armada y a unos personajes tremendamente humanos y carismáticos.
Por último me parece importante destacar el excelente trabajo que hace Alejandro Andújar con la escenografía y el vestuario, que nos sumerge aún más en este mágico mundo y da aun más rienda suelta a la imaginación.
‘La Ternura’ es una obra redonda y a la vez sencilla sobre leñadores y princesas, y nada pretenciosa a pesar de todo lo que transmite y que nos habla del irremediable daño que causa el amor, un peligro al que todos estamos expuestos… todo ello contado con el característico sello de calidad de Sanzol, el verdadero toque mágico.
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