Llega a los Teatros Luchana ‘La flaqueza del bolchevique’, de Lorenzo Silva, en la adaptación teatral de David Álvarez, y protagonizada por Adolfo Fernández y Susana Abaitua. Ya en 2003, cuando se estrenó la excelente versión cinematográfica de Manuel Martín Cuenca, me pareció una historia reveladora. Una historia con un envoltorio aparentemente sencillo pero con una estructura y un fondo de gran calidad dramática.

Pablo, un banquero de inversión, convertido en su madurez en un desilusionado y corrosivo misántropo, tiene un accidente de coche con Sonsoles, una irritante mujer de familia acomodada. Como consecuencia de ello, entre la venganza y el aburrimiento, el hombre decide hacerle la vida imposible. En el transcurso de esta distracción se topa con su hermana, Rosana, una inteligente y turbadora adolescente….A partir de ahí, todo cambia y el hasta entonces tono cómico de Pablo, envuelto en un monólogo ácido y canallesco, se convierte en algo mucho más nostálgico, complicándose la trama hasta dar un giro inesperado.

La adaptación teatral

La puesta en escena, que firman David Álvarez y el propio Adolfo Fernández, se revela elegante y sencilla, haciendo más clara y potente la metáfora que subyace en la historia de éste derrotado personaje. Y también la de una sociedad y un sistema que al igual que el protagonista y su princesa Olga, tiene muchas miserias y renuncias en sus “carteras”… Una historia difícil de contar, llena de matices y situaciones que complican sobre todo el cómo. A esto ayuda una escenografía minimalista (a cargo de José Ibarrola), que junto al diseño de luces de Pedro Yagüe, refuerzan el juego teatral con el que los protagonistas crean las diferentes atmósferas y espacios oníricos.

En este caso, la adaptación de David Álvarez parece funcionar a favor del lenguaje teatral y de sus protagonistas, que hacen suyos los personajes y los hacen absolutamente creíbles y atractivos. La química entre los dos parece funcionar perfectamente y consiguen moverse en un difícil equilibrio entre el juego y la lujuria. Adolfo Fernández construye con solvencia un personaje lleno de situaciones difíciles de resolver como actor, mostrando lo justo desde un envoltorio canallesco y lleno de cinismo, pero desnudándose magistralmente cuando es necesario. Por su parte, Sara Abaitua cumple las expectativas como esa joven seductora, espontánea e inteligente, capaz de funcionar como alma gemela del protagonista y de enfrentarse a la comedia, a la seducción, al miedo…

‘La flaqueza del bolchevique’ es, en definitiva, un montaje sencillo e impecable, con un buen texto y unos buenos actores. Un montaje que sigue siendo muy actual, que te hace disfrutar y que, por encima de todo, te hace reflexionar.