El autor

‘Fuera de juego’ es una ficción real arrebatadora en la que su autor, Enzo Cormann, deja clara su visión crítica del mundo y su compromiso con el teatro. Para Cormann, “el teatro es una muralla contra la barbarie”, una experiencia colectiva que va más allá del simple espectáculo, una forma sensible de representar la realidad. Dramaturgo, poeta, profesor de actores y hombre comprometido con su tiempo, Enzo Cormann es un ser humano inclasificable que adopta la forma de un artista para que podamos seguir sus pasos alados. En 2012 inició en Lyon un taller sobre la idiotez al tiempo que preparaba un poema-jazz para público y publicaba una novela y unas conferencias sobre teatro.

El ‘Fuera de juego’ original era un monólogo de tres horas y media que se estrenó en el Festival de Avignon y que estaba protagonizado por el propio Cormann. La dramaturgia de María Velasco acorta el texto a la mitad, pero no pierde la esencia del autor francés, ni tampoco su fuerza. El trabajo de adaptación del texto incluyó introducir algo de humor en la historia y suavizar el radicalismo del protagonista, además de la materialización de personajes que no aparecen en la obra original.

Trama y actores

‘Fuera de juego’ nos cuenta la historia de un hombre corriente al que despiden de la empresa en la que trabaja como ingeniero. Este despido supone la muerte de un profesional que se verá sometido a los designios de un plan social en el que no hay sitio para lo que fue. Los dos años de paro siguientes volverán a matarle, esta vez como persona, convirtiéndole en un deshecho humano al dejar de percibir la ayuda del Estado.

Ion Iraizoz es Gerarc Smec, el ingeniero siniestrado en “Fuera de juego”. Formado en el Laboratorio Teatral de William Layton, Ion ha participado en numerosos montajes y es, además, el fundador de La Caja, siendo  esta obra su tercera producción. Actor con talento demostrado, Ion lleva el peso de la obra de Cormann, pero no hay que obviar el espléndido trabajo de Mikele Urroz y José Juan Rodríguez, dos jóvenes actores cuyas interpretaciones sobrepasan el notable. La escenografía cuenta con elementos audiovisuales, “fríos” como los define Cormann, que se cohesionan con el ritmo propiamente escénico creando un juego metateatral muy interesante.

“Fuera de juego” es, en definitiva, una obra inclasificable, compleja e imprescindible, como su propio autor.