‘Felicidad’, ¿dónde te escondes?
12/01/2018
Susana R. Sousa
Vimos a Homero Rodríguez y Cristina Rojas en “Seis y medio”, el primer largometraje de Julio Fraga estrenado en mayo de 2016. La misma productora de la película, “tenemos gato”, es la compañía de teatro que nos trae ahora esta pequeña joya llamada “Felicidad”, su sexto montaje teatral.
Con una presentación como esta, “Felicidad”, una acude a la sala de teatro con una dosis inabarcable de ideas preconcebidas e inevitables sobre lo que cree que va a ver en escena. Prejuicios resultantes de horas incontables de teatro y otras tantas de vida que, una vez ocupada la butaca, no están dispuestos a marcharse fácilmente. Sin embargo, al echar un vistazo a la escenografía, en esos minutos en los que el público aún se está acomodando en la sala, una empieza a dudar sobre si lo que va a ver ya lo ha visto antes o si, por el contrario, será algo nuevo. Como fondo del escenario, una gran cortina blanca, una pantalla en el extremo izquierdo, dos sillas, un banco, dos taburetes, una lona con dibujos y letras en el suelo que marcan los lugares y los momentos, también la personas. Ropa en el suelo, al pie de la cortina y un proyector.
Estoy en el reestreno de “Felicidad” en la Sala Mirador, tras su estreno en el XXXIV Festival de Teatro de Málaga y su paso por el Teatro Lara donde arrasó. No he querido leer las críticas antes de verla, pero ahora que me pongo a recopilar datos e imágenes del montaje, entiendo el entusiasmo de cada titular.
Estamos ante un texto, escrito por Homero Rodríguez y Cristina Rojas, que destila realidad, algo que ya he leído por ahí, pero no se trata de una realidad forzada o de un intento de crear una realidad documental, sino de una fábula realista sobre la felicidad, pero también sobre el amor, la maternidad, el paro y las relaciones humanas. Un libreto lúcido y divertido, que, de una forma magistral, conjuga la comedia con unos profundos dramas humanos. Y, para darle voz a esos dramas, cuatro actores sobresalientes que entran al escenario como si fueran a jugar y terminan dirigiéndose al público. La pregunta que nos hacen arranca una respuesta rápida, pero también una reflexión que nos acompaña más allá de la sala de teatro.
La felicidad no es fácil, ni saber lo que es, ni dónde está, ni siquiera es fácil sostenerla cuando creemos que la tenemos. Sin embargo, disfrutar de este montaje sí lo es, basta con comprar una entrada.
Disfruten.
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