‘Este es un país libre y si no te gusta vete a Corea del Norte’. De Íñigo Guardamino
10/03/2017
Mayelit Valera Arvelo
«El uso de la razón es un regalo envenenado”, dice uno de los personaje de la obra ‘Este es un país libre y si no te gusta vete a Corea del Norte’, una de las tantas frases que se te quedan grabadas en la memoria, luego de ser testigo de esta perspicaz obra que se está presentando en Nave 73, escrita y dirigida ingeniosamente por Iñigo Guardamino, quien tenía muy claro lo que le quería ofrecer a sus espectadores.
Y entre risas, irónias y un humor negro se engalana la escena, las miserias humanas salen a relucir en las tablas para ofrecer cinco historias distintas, que se van desarrolando entre ellas y dando pequeñas dosis de lo que somos, creemos y hacemos. Actuada de forma magistral por Natalía Díaz, quien interpreta la madre, Paula, fotógrafa y ciudadano; Sara Moraleda que es María, novia, P1 y anciana; y Rodrigo Saénz de Heredia quien personifica al padre, novio, viudo, anciano y aita.
Me tomo el tiempo de nombrar a cada uno de sus personajes porque es meritorio el trabajo que hacen, siendo solo dos actrices y un actor, quienes se transforman en diversos papeles haciéndonos creer cada uno de ellos; y entre prisas y cambios bruscos, su rol se modifica rápidamente, gracias a la magia del teatro logran desdibujar sus rostros en cuestión de segundos. Un trabajo muy bien llevado, ambicioso y retador, donde gana el talento y las ganas de expresar realidades.
La obra es una reflexión sobre la democracia y la sociedad occidental y el abusivo sistema económico. Una crítica sobre la mezquindad de nuestra sociedad en donde sólo usamos la libertad para “trolear” en las redes sociales.
El diseño de iluminación es de Pedro Guerrero, quien también pone su toque preciso a la hora de crear ciertas atmósferas en estos cambios de relatos que pasan de forma veloz en casi hora y media de montaje, donde se asoman extremos, y si hubiese sido un poco más de tiempo creo que no nos hubiésemos dando cuenta. La música es de David Ordinas, canciones de David Ordinas (música) e Iñigo Guardamino (letra). Producción de La Caja Negra Teatro.
La escenografía es de Alessio Meloni (AAPEE), quien nos presenta cuatro cuerdas donde están tendidas una gran cantidad de americanas, todas unidas, de colores oscuros, y entre ellas se pierden los personajes, todos tan particulares, con deseos y necesidades distintas, pero al final seres humanos incomprendidos en busca de sus propios destinos. Es así como la puesta en escena mantiene un ritmo constante, atrapando a los espectadores, quienes embelesados escuchan cada uno de los diálogos que ofrecen estas cinco historias surrealistas y de gran ingenio y significado.
Naces: una nueva vida llega al mundo. Es un precioso bebé mitad humano mitad dingo que va a enfrentar a sus padres. Creces: una niña hace la primera comunión y entra en el mundo adulto. Descubre un poder especial que va a compartir con su mejor amiga.
Te Apareas: dos novios quieren que su boda sea perfecta. Su gran miedo es que la ceremonia no esté a la altura de su amor. Mueres: un recién viudo recibe una llamada de la empresa que grabó el funeral de su pareja. Hay que volver a rodar. Y, El Otro Lado: mientras tanto, en la República Popular Democrática de Corea del Norte, un ciudadano vive entre hambrunas, desfiles militares y ejecuciones sumarísimas. Pero nada es lo que parece, y las cosas cambian.
Cada una destacándose con frases genuinas, entre las que recuerdo: “El amor es un pacto frágil”, “Caos, muerte y destrucción”, “Un país no va a ninguna parte”, “Sin el dolor no se vive”, “Mi papá es Marxista y siempre anda súper enfadado”, entre otras, que van hilando esta obra que finaliza en una libertad oprimida. Un trabajo que no pueden perderse, al contar con un texto inteligente y unas actuaciones que se colman de aplausos.
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