«Espacio disponible» nos sitúa en una habitación cargada de historia, la que cuentan los libros, archivadores, pinturas y artefactos que lo llenan y la que cuentan sus protagonistas.

Palmira y Jenaro se conocieron y se enamoraron gracias a su visión romántica del mundo. Ella ha sido profesora de música, fabrica manivelas musicales y dibuja acuarelas y él es un profesor de Historia jubilado que construye artefactos. Con el tiempo, Jenaro ha perdido la fe en la humanidad y su alma de poeta se ha visto punzada por las aristas de las miserias humanas. Sus problemas de salud, consecuencia de su inminente vejez, han cambiado su forma de ver el mundo y, por tanto, de enfrentarse a él. Palmira, sin embargo, no ha perdido las ganas de vivir y sigue pensando que la utopía merece la pena. Cree en la bondad de las personas y sigue soñando con un mundo mejor. Por eso dedica su tiempo a elaborar melodías y por eso considera que la labor de su hijo, cooperante expatriado que vive en Bruselas, es importante.

La obra comienza con una escena introductoria muy cortita que nos presenta a una Palmira y un Jenaro jóvenes que comienzan su vida en un piso con bonitas vistas. Se les ve felices y muy enamorados. La siguiente escena ya nos sitúa en el momento real de la obra, en el que Palmira y Jenaro son la pareja jubilada que nos mantendrá pegados a la butaca 75 minutos, absortos en su aventura vital. La obra se nos presenta como divida en dos partes separadas por un sueño. En la primera parte, la ironía de Jenaro se opone a la lógica poética de Palmira. Mientras Jenaro considera que no hay nada que hacer y que, de darse, la revolución tiene que ser violenta, Palmira está segura de que vale la pena cada pequeño paso que nos lleve a una revolución pacífica. La segunda parte, tras el sueño apesadillado de Jenaro, está dominada por la reconciliación de éste con el mundo. La ironía y las susceptibilidades dejan paso a la poesía y el amor.

“Espacio disponible” es una obra que reivindica ese otro mundo que no tiene que ver con el beneficio económico ni los poderes fácticos. El libreto, cargado de humor, ahonda en los sentimientos humanos al tiempo que nos pone frente a la deshumanización de la sociedad actual basada en la explotación material y humana. Un texto emotivo en el que se entreve un trasfondo poderoso, sin duda embellecido por la escenografía de Eduardo Manzanera y Pepe Hernández y las magistrales interpretaciones de Celia Nadal y Javier Manzanera.