Descubriendo a Aída Colmenero Díaz

A través de ‘Ella Poema’ descubro a varias mujeres artistas y me adentro en un universo amplísimo y desconocido para mi, el del arte africano. Agrando mi forma de mirar el mundo y aumenta mi interés por seguir leyendo a mujeres. Ellas son, ahora: Aída Colmenero Díaz, Nshoma Nkwabi, Estelle Foli, Iosune Goñi, Rosario Castellanos y TJ Jazz.

Aída Colmero Díaz es bailarina, actriz, coreógrafa, profesora de danza contemporánea, productora, modelo, preformer. Ha sido premiada en dos ocasiones: una por el Ministerio de Cultura de España y otra por el AECID (Agencia Española de Cooperación y Desarrollo). Estudió en la Escuela de Arte Dramático de Cristina Rota y en el Conservatorio Profesional de Danza “Mariemma”. Además, obtuvo la titulación en la técnica de Germaine Acogny en el Ecole Des Sables de Senegal y creó el proyecto Lanla junto a Ise Verstegen para expandir esta técnica a nivel internacional.

La técnica de Germaine Acogny (bailarina y coreógrafa francoafricana), es la única técnica de danza contemporánea creada en África que ha sido codificada y reconocida. Se basa en la danza tradicional africana y en las técnicas contemporáneas occidentales. El cuerpo se concibe como un ser íntegro y se pone a disposición del disfrute y el trabajo para estar sano, presente y vital. Alegría, juego, amor y música son los fundamentos filosóficos del espíritu de esta técnica que habla acerca de la conexión entre el ser humano y la naturaleza. El “corazón” de esta técnica es la columna vertebral.

‘Ella Poema’ el tributo

En 2017, Aída Colmenero puso en marcha el proyecto ‘Ella Poema’, una creación de arte contemporáneo realizado junto a artistas africanas. En cada país africano visitado, Colmenero ofrece un taller de danza y escoge una bailarina con la que inicia un proceso que arranca con la elección de un poema. Tras un trabajo previo solo con el poema, éste se transforma en una videocreación y un solo escénico. Tras recorrer varias ciudades africanas, llega ahora a Madrid para mostrarnos a mujeres africanas independientes y creativas. El mensaje de Aida Colmenero es bastante claro, aunque lo manifieste a través de la poesía, la fotografía, la danza y la música: la identidad de la mujer africana, la defensa de los derechos humanos para las mujeres y la igualdad de oportunidades. El proyecto pretende fomentar el desarrollo social, económico y cultural del continente africano.

La Sala Mirador ofrece su escenario desnudo para las dos piezas de ‘Ella Poema’ dirigidas por Aída Colmenero: ‘Travesía del polvo’ de Tanzania, de la mano de Nshoma Nkwabi y ‘Qué importa el abismo’ de Togo, interpretada por Estelle Foli.

La primera en aparecer es Nshoma Nkwabi, colosal bajo un vestido negro con larga cola. La creación ‘Travesía del polvo’, bebe de los poemas de la mexicana Rosario Castellanos y se basa en la muerte y nuestros vanos intentos por escapar de ella. La presencia de Nshoma, su mirada y su gesto no dejan lugar a dudas: nos habla de la muerte. Nos la dibuja con sus movimientos. El lenguaje de su cuerpo nos permite descifrar el dolor que acompaña al alma en su lucha contra la inevitable. A Nshoma le pone voz otra mujer, la maravillosa TJ Jazz, que desde el fondo del escenario la acompaña con discreción y elegancia.

Estelle Foli, hercúlea, aparece en segundo lugar para interpretar la pieza basada en un poema de la navarra Iosune de Goñi. Goñi se pregunta cuáles son los mecanismos del cuerpo frente a las heridas y Foli, con su imponente presencia en escena, nos deja ver ese abismo. Antes de bailar, pide un micro para interactuar con el público presente. Su danza conjuga el poliritmo africano tradicional donde se articula todo el cuerpo con la narrativa de la danza contemporánea. Un bello abismo del que es difícil desligarse cuando llega el final.

La imagen de ambas bailarinas permanece en el recuerdo durante mucho tiempo después del aplauso con el que las despedimos. Nos llevamos en el corazón un pedazo de ese mapa poético africano que está construyendo Aída Colmenero a través de este invisible, pero monumental trabajo, Dando visibilidad a la mujer africana como creadora y a la danza contemporánea de un continente del que sabemos, en realidad, muy poco. Un continente en el que la danza forma parte de la vida cotidiana.