‘Dos más Dos’, prohibido enamorarse
01/02/2019
Susana R. Sousa
‘Dos más dos’ nació como película y fue la más vista en Argentina en 2012. El éxito fue arrollador. Dirigida por Diego Kaplan y con guión original de Juan Vera y Daniel Cúparo, ‘Dos más dos’ cuenta la historia de dos parejas que se adentran en el peligroso juego del intercambio (de parejas).
Según algunas publicaciones, el swingerismo es un fenómeno instalado en Argentina desde hace más de 25 años. Una práctica sexual que algunos especialistas recomiendan para evitar tanto la infidelidad como la monotonía en la pareja. Este fenómeno social no es exclusivo de Argentina ni de esta época, de hecho, la moda swinger tuvo su mayor boom en los años ochenta, sin embargo, se trata de un fenómeno que sigue siendo tabú. Desde luego, se trata de una práctica que se mantiene, pese a la multitud de parejas que la practican, en los márgenes de la norma y es por ello que provoca opiniones encontradas.
Cuando David Serrano vio la película en Buenos Aires, consideró que era una buena historia para llevarla a las tablas y así lo hizo junto a Maite Pérez. El propio David Serrano dijo “es una comedia muy divertida que habla de algo que ahora mismo preocupa a muchas parejas que conozco y que llevan mucho tiempo juntas: cómo se mantiene después de cinco, seis, siete años de convivencia”.
El argumento es sencillo: Adrián, Julieta, Tomás y Silvia son cuatro amigos que comparten negocio y ocio. En el transcurso de una noche de fiesta y borrachera, Tomás y Silvia comparten, además, una confesión que llevará a los cuatro amigos a compartir algo más. Compartir es vivir, decía Mafalda, pero ¿se puede compartir todo? Esta es la pregunta que nos hacemos cuando empezamos a desentrañar la trama de la obra.
En principio, el argumento puede parecer banal: dos parejas de amigos, una más liberal y otra más conservadora. La pareja más liberal decide entrar en el mundo de los llamados swingers y la otra pareja, primero se escandalizará y después empezará a plantearse la posibilidad de hacer lo mismo. Sin embargo, según se van poniendo las cartas sobre la mesa (o el planteamiento sobre las tablas), nos damos cuenta de que el sencillo argumento encierra cuestiones humanas fundamentales. Todas ellas, eso sí, bajo el maravilloso halo que solo la comedia puede ofrecer.
Los cuatro actores que dan voz a las dos parejas nos ofrecen unas interpretaciones bárbaras. La complicidad y el ritmo del que hacen gala no hace esperar las risas del público, que empiezan a escucharse desde las primeras escenas. Con el telón aún bajado, aparecen Kira Miró y Natalia Verbeke a punto de dar el premio al mejor estudio de arquitectos del año. Ambas hacen uso de sus acentos originales (canario y argentino, respectivamente) y ponen en marcha el mecanismo de la comedia. Sus acompañantes, Antonio Hortelano y Álex Barahona no se quedan atrás. Desde el primer minuto, los cuatro lucen pletóricos una naturalidad que denota el trabajo ensayístico que les precede.
Sexo sin prejuicios entre adultos que conocen las reglas del juego y que, sin embargo, van a sufrir las consecuencias de esa fragilidad que caracteriza a las relaciones humanas. A pesar de ello, merece la pena ver como sufren, al fin y al cabo, la comedia se basa en el sufrimiento ajeno y ‘Dos más dos’ es una gran comedia. No dejen de verla, porque se van a reír y, seguramente, también se van a sorprender.
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